martes, 2 de enero de 2018

Relato corto directo y claro.

<<¡Y ya estoy listo!>>, dice el bohemio, y entre las copas de aquel alcohol que se mezcla en diversos nombres locales de botellas, se pierde, sin razón aparente, en la necesidad de seguir intoxicando el cuerpo de éter; ya no de amoríos imposibles, platonismos de un deseo nupcial nunca cumplidos y golpes mortales de puñales lacerantes espirituales en la espalda de un hombre tan desahuciado como aquel hombre. <<Ya no queda razón de ser, de vivir, de soñar, de existir siquiera. El mundo está listo para botarme al abismo, pero yo no estaré listo jamás para irme. Ya ni sé que quiero.>> Se pudre y gangrena sus deseos en las palabras amargas de aquella alma alcoholizada, más por los labios nunca habidos que por los sesenta grados del quemante en su botella. Coma etílico. Muere.